"Tengo 35 ¿Te lo querés probar?" Y vos sabés perfectamente que te quedan grandes. Y si encontrás el tan preciado número 34, tu cara se transforma de felicidad. Entonces te sentás, te sacás el zapato, te probás el que te traen, te ponés ansiosa y descubrís que es grande y decís: "No puede ser, no es 34". Y te miran como diciendo "sí es, vos debés calzar menos". Dentro de poco voy a tener que calzarme una hoja de palmera y atarmela con un hilo sisal...". Claudia Agraso (34 años, de Mar del Plata), contó parte de su historia a Calzo 34 ¿A qué es parecida a la tuya?
